Oh, el famoso ad hominem. El más común de todos: se ataca a la persona que presenta el argumento y no al argumento en sí. Esto toma muchas formas. Por ejemplo, el ataque puede basarse en la personalidad, la nacionalidad o la religión de la persona. O puede que se haga notar lo que la persona podría ganar en caso de un final favorable. Ejemplos:
Anna dice que Hans no se come los mocos “porque es un príncipe”
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